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Temporada: 1985-1986
Fecha: 18-03-1986
Tvrip: TELEDEPORTE
Comentarios: ESPAÑOL
Duracion: 86 MINUTOS
Volumen archivo: 700,00 MB
CRONICA
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Temporada: 1985-1986
Fecha: 18-03-1986
Tvrip: TELEDEPORTE
Comentarios: ESPAÑOL
Duracion: 86 MINUTOS
Volumen archivo: 700,00 MB
- SINOPSIS:
EL RIVAL
La final se disputaba contra el vencedor de la eliminatoria que enfrentaban al Joventut de Badalona y al Scavolini de Pésaro. El partido de ida se disputaba en territorio italiano, y el resultado acabó 109-100. Fue un partidazo donde sobresalieron por la Penya Stewart (29 puntos) el “Matraco” Margall (23 puntos) y Jordi Villacampa (20 puntos). Pero poco pudieron hacer ante el poder ofensivo italiano comandados por el “jugón” Fredrick (27 puntos), y excelentemente secundados por Frank Tellis (29 puntos), el alero italoamericano Mike Silvester (21 puntos) y Walter Magnifico (20 puntos).
Bien cerca estuvo el equipo entrenado por Miquel Nolis de conseguir que esa final tuviera un sabor enteramente catalán. En el partido de vuelta se llegó a forzar la prórroga gracias a que al final de los 40 minutos reglamentarios el luminoso marcaba un electrizante 103-94. Y fue por una inoportuna pérdida de balón a falta de 14 segundos de Stewart lo que impidio la proeza. La Penya volvió a tener en Stewart, Margall y Villacampa a sus mejores hombres (20, 30 y 40 puntos respectivamente) mientras que esta vez por parte del Scavolini destacó el heterodoxo Silvester con 36 puntos, siendo vital su aportación en la prórroga, a lo que se debe unir la aportación del crack Fredick que sumó 23 puntos.Al final 114-107 metía al Scavolini de Pésaro en la final de la Recopa de Europa. El Barça le esperaba.
LA FINAL
El día esperado era el 18 de Marzo de 1986. El Palazzeto Castel Morrone de Caserta lleno hasta la bandera, con una lógica ventaja italiana. Aún así, los más del millar voces blaugranas se hacían notar. Esa misma semana, en Turín, el Barça de fútbol jugaba ante la Juventus de Turín el poder estar en las semifinales de la Copa de Europa (no hace falta recordar el resultado ¿no?). La final se presentaba igualada. El Barça era un equipo que utilizaba más el banquillo, y tenía en sus aleros (Epi, Sibilio y Mark Smith) a sus principales armas ofensivas, y sus carencias estaban principalmente en su juego interior (Wiltjer, De la Cruz y Julián Ortiz) en teoría muy inferior a la italiana (Tillis, Magnifico y Ario Costa). Además podía ser importante el estado anímico de Greg Wiltjer, que unas semanas atrás se vió relegado en la competición nacional por Steve Trumbo, y llevaba tres semanas sin jugar. Además, su último encuentro ante el TSKA, ya conociendo la noticia de su sustitución, tuvo una mala actuación siendo muy inferior a los poderosos pivots soviéticos. Se quedó con 3 tristes puntos y con un nefasto 1 de 10 en tiros de dos. La falta de centímetros y kilos en la pintura debía ser suplida por la velocidad que debían aportar nuestros bases, Solozábal y Seara. Pero los italianos poseían a uno de los mejores americanos que han jugado en Europa, el base Zam Fredrick. Se trataba de un anotador compulsivo (esa temporada 2º máximo anotador de la Lega con más de 31 puntos por partido, tan solo por detrás del eterno Oscar Smitd). Físicamente era muy superior a nuestros bases, más alto y mucho más fuerte y potente. Todas la posibilidades del Barça pasaban por controlar el rebote y llevar un ritmo alto de partido.
El partido se inició con el cinco previsto por parte del Scavolini de Giancarlo Sacco: Fredrick de base, Silvester y Zampolini en las alas, y Tellis con Magnifico en la pintura. Por su parte, Aíto si que deparó una de sus típicas sorpresas. Solozábal no iniciaba el partido. En su lugar salía Arturo Seara, con la misión principal de desgastar a Fredrick imponiendo al juego una velocidad de crucero, e intentar aguantar las acometidas ofensivas del talento norteamericano. Le acompañaban en el quinteto Epi y Sibilio en las alas, con De la Cruz y Wiltjer en la pintura. En los primeros minutos ya se dislumbra como sería el transcurrir del partido. El Barça imponiendo un ritmo vertiginoso al juego intentando vencer al balance defensivo del equipo italiano (y lográndolo en la mayoría de ocasiones). El rebote defensivo funcionaba con un motivado Wiltjer, lo que permitía las rápidas transiciones del “revolucionario” Arturo Seara. Pero en defensa ya era otro cantar. Fredrick poseía de muchos recursos, tanto técnicos como físicos que superaban con facilidad al bigotudo playmaker blaugrana. Repasando el encuentro, y sobretodo en esos primeros mínutos, el Barça parecían los clásicos Warriors de Don Nelson. Se la jugaban a la primera opción que tenían, y nuestros aleros, Epi y muy especialmente Sibilio, tenían un acierto demoledor desde el tiro exterior. Desde la pintura, alguna jugada aislada del canadiense y poco más. El partido estaba donde quería Don Alejandro. Mínimas ventajas blaugranas, que se mantuvieron durante toda la primera parte, con un ritmo alto de anotación por ambas escuadras. Especial interés había en el emparejamiento entre Juan Antonio San Epifanio y el duro, rocoso y muy teatrero Mike Silvester. En ambos lados de la cancha, la garra del aragonés y el italoamericano se hacían notar, y las chispas saltaban constantemente. El único problema (supongo que incluso esperado) eran las faltas personales de Seara (dos) y Solozábal (tres). Eran los encargados de bailar con la más fea. Fredrick a lo suyo, anotando compulsivamente. Acabó la primera parte con 22 puntos en su haber. Pero fueron contrarrestados magníficamente por el trio de alas, Epi, Mark Smith y un inspiradísimo Chicho Sibilio. En ambos equipos estaban muy marcados los roles. Los aleros del Barça los estiletes , los bases a imponer un ritmo infernal y en defensa aplicarse lo máximo ante el oponente. Y en la pintura las cosas funcionaban mucho mejor de lo esperado. El trío Wiltjer, De la Cruz y el todavía junior Julián Ortiz, bregándose por cada rebote como si fuera el último y decisivo (y a fé que lo consiguieron). Aíto rotaba a los ocho hombres que utilizó en la final (en el banquillo restaban dos juniors más, Xavi Crespo y un jovencísimo de 17 años Ferrán Martínez).
Giancarlo Sacco era más tradicional en este aspecto. Rotaba menos, utilizando tan solo seis jugadores en el primer tiempo, y su juego más reposado, prefiriendo el cinco contra cinco antes que el contragolpe. Tenían más soluciones que nosotros en el cinco contra cinco. En esa primera parte jugaron Freddick como base (y con derecho para tirarse hasta las zapatillas), aunque también el alero Silvester cumplió con asiduidad la labor de subir la bola a terreno contrario para descargar un poco el juego del norteamericano. Además, el italoamericano era la segunda opción más utilizada en el juego ofensivo italiano. Su jugada más típica era el lanzamiento en suspensión de cuatro o cinco metros apoyándose en su defensor, y sacando el balón casi desde la nuca. Muy heterodoxo, pero tremendamente efectivo. Anotó mucho, y forzó bastantes faltas (el teatro realizado una vez salía el balón de su mano era antológico, algo digno de ver…). Como alero jugaba Zampolini, un jugador rocoso y luchador y con un aceptable tiro exterior, aunque no se prodigara. La rotación venía en el juego interior. Los titulares un Magnifico muy desafortunado (se fue al descanso sin estrenar su casillero de anotación) y el espigado Frank Tillis, que en defensa intimidaba con sus largos brazos, pero que en ataque sufría de una grave alergia a la pintura, donde seguro, con empeño, hubiera sido más determinante si se lo hubiera propuesto. Su máximo peligro era el lanzamiento de cuatro o cinco metros donde se mostraba bastante acertado. La única sustitución en esa primera parte que realizo Sacco fue la de Ario Costa por Magnifico, pero nada diferente ofreció el imponente pivot italiano. Al descanso se llegó con una diferencia de cinco puntos a favor del Barça, algo más descansados que nuestro rival, y con muy buenas sensaciones en lo que era la clave del partido, los rebotes. El Barça doblaba en rechazes al rival (24 por 12 el Scavolini). Además los italianos no encestaron ninguna canasta triple. La única preocupación tenía nombre y apellido, Zam Fredrick (22 puntos en esa primera mitad), bien secundado por Silvester con 12…
En el segundo periodo Sacco introdujo una novedad de inicio. Salía por primera vez Andrea Gracis para jugar de base, sustituyendo a Zampolini. Freddick pasaba a jugar de escolta, y así se le descargaba de algo de trabajo en ataque. Pero Gracis sufría muchísimo en su emparejamiento en defensa con Sibilio, al igual que Silvester sudaba lo suyo ante la fortaleza física y un acierto inusitado de Mark Smith.. Aíto también volvió a confiar en Seara como titular, pero esta vez seguro que fue para resguardar a Nacho Solozábal de las faltas personales.
El inicio del Barça fue mucho más intenso que el de su rival, y pronto Sacco tuvo que pedir su primer tiempo muerto, puesto que el Barça se distanció hasta los nueve puntos. El entrenador italiano arriesgó poniendo en cancha a la vez a sus tres torres a la vez. Costa y Magnifico jugando de pívots y Tillis jugando de tres. Pasaron a utilizar algo más la pintura y tanto Magnifico como Costa empezaron a dañar la defensa blaugrana. La reacción italiana no se hizo esperar, llegando a ponerse de nuevo el equipo de Sacco a tan solo un punto. Pero tras unos minutos de desacierto, el equipo, de la mano de un inconmesurable Wiltjer y bajo la sabia batuta de Nacho Solozábal, unida a la eficacia de Mark Smith, retornan las cosas a su lugar. La frustración de no poder ponerse por delante, unido al castigo de la faltas personales, más el lógico cansancio, hacen que el Scavolini poco a poco se vaya desinflando. Prueba de ello es el bajo porcentaje de de efectividad de Fredrick en la segunda parte, aunque seguía tirando y sumando. La quinta falta personal de Costa a falta de ocho minutos para el final del partido hacen que Tillis vuelva a jugar de pívot, y en las filas blaugranas la muñeca prodigiosa de Sibilio sustituye al eficaz Mark Smith. Pasaban los minutos y el Barça no cedía un mínimo de terreno, mientras que poco a poco el equipo italiano se iba descomponiendo poco a poco. De la Cruz comete su quinta falta personal, y por primera vez en todo el partido el equipo de Aíto juega con el mejor quinteto posible; Solozábal, Epi, Sibilio, Smith y Wiltjer. Llegados a este punto poco pudo hacer Sacco. La diferencia no solo se estabilizaba, sino que todavía aumentaba más ante la desesperación de los aficionados locales. A falta de poco más de tres minutos, Walter Magnifico comete su quinta falta personal, y eso ya fue definitivo.
De ahí al final se encadenaban aciertos blaugranas con errores italianos. En el pabellón, por cada catalán habían siete italianos, pero hacía ya un buen rato que los cánticos y vítores que se escuchaban eran los culés. Dos tiros libres anotados por Nacho Solozábal rubricaban el resultado final (101-86). El Barça ganaba por segunda vez consecutiva la Recopa de Europa. Aíto García Reneses, en un primer año complicadísimo por muchísimas circusntancias, salía victorioso y lograba su primer título europeo. Epi (20 puntos), Sibilio (23 puntos) y Solozábal (10 puntos) se constituían en la base del nuevo proyecto de la sección que pocos días despues comandará Salvador Alemany. Greg Wiljer también tenía una despedida feliz de Can Barça. Aquel fue su último partido con nuestra camiseta. El lo sabía y quiso dejar un grato recuerdo. Jugó el partido entero, los cuarenta minutos., anotando 14 puntos y cogiendo ¡20 rebotes!. Mención merecidísima también a Mark Smith. Su partido, sencillamente perfecto. Anotó 22 puntos, con una serie de 9 de 9 tne tiros de campo, además de coger 5 rechazes. Por parte de ellos, destacar los 32 puntos del “jugón” Fredrick y los 17 de Silvester. ¿La clave? Como no, los rebotes. El Barça dominó esta faceta con 37 rebotes, mientras que el Scavolini tan solo recogió 18 rebotes. También muy destacable los altísimos porcentajes de los jugadores blaugranas. 34 de 56 en tiros de 2; 6 de 12 en triples y 15 de 20 en tiros libres. (de:giovannituono)
CRONICA
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